Crisis de fe, una forma con dos lados, político y religioso.

Últimamente podemos observar cómo individuos que se dicen practicantes católicos, lo son en realidad sólo parcialmente. Creen en algunas doctrinas de la Iglesia, cumplen algunas obligaciones y ante otras personalmente no están de acuerdo y no las comparten, ni practican. Por otro lado también comienza a haber un combinación de experiencias donde los católicos empiezan a mezclar su religión con movimientos New Age, por ejemplo, la angelología -personas que creen que constantemente los ángeles intervienen en sus vidas como espíritus bajo formas de humanos desconocidos y que los acompañan en algún momento concreto de sus vidas y los colman de valor; “Era un ángel”, se explican después- o católicos que creen en el tarot, o la numerología, etc.

Son búsquedas de Dios sin religión; “Soy católico pero quiero probar o creer en esto también”. La Iglesia va perdiendo credibilidad. Se puede hablar de una crisis de fe en la sociedad actual, pero ¿tiene que ver esto con la crisis en la que las instituciones hoy en día también tienen poca credibilidad?


Puedo estar seguro en que hay una doble crisis antropológica donde, por un lado es una crisis de fe religiosa, y por otro se trata de una crisis en la sociedad, la crisis de fundamento, que consiste en que no hay nada que espontáneamente suscite en las personas la solidaridad necesaria que precisamos para vivir en sociedad. Es la crisis de incredibilidad en las instituciones. Es una sola crisis pero que tiene de dos lados.

En primer orden, por ser más evidente, hablaré de la crisis de fe y su posible origen. Estrada nos explicaba en su libro (ver Juan Antonio Estada, Razones y sinrazones de la creencia religiosa. Trotta, Madrid, 2001) que a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX surgieron unos cambios muy intensos en las sociedades de occidente. Cambios como el surgimiento de la democracia, la industrialización, el desarrollo de la ciencia, por mencionar algunos. Estos cambios afectaron profundamente el fenómeno religioso y por su puesto a la Iglesia, precisamente por la laicalización de la sociedad.

El Estado se separaba de la Iglesia y con ello surgió la libertad de culto. La Iglesia se sintió amenazada, Dios le teme a la ciencia y la Iglesia respondió con una actitud defensiva. Se tardó en entender el cambio en las nuevas sociedades occidentales, reaccionando hasta el siglo XX con su Concilio Vaticano II.

El progreso de las sociedades despertó la conciencia colectiva, se trasladó la fe practicada en el templo a la razón científica. Con la ciencia cambió la manera de ver al mundo. La religión perdió su fundamento. Con ello, el hombre reubicó también el sentido hacia él mismo. Dejó de preguntarse por Dios. Dios ha muerto, diría Nietzsche. Surge el progreso, una sociedad próspera postindustrial. Emerge el individualismo acabando con la solidaridad. La realización personal del hombre deja de tener sentido en la creencia en una religión y pasa a residir en el consumismo, donde lo bueno ya no se refleja en los valores humanos o religiosos, sino en lo consumible, lo que se vuelve útil para mí.

Aquí comienza a vislumbrarse varios puntos en los que se empieza a tejer la crisis de segundo orden, la crisis de incredibilidad en las instituciones.

Con la separación entre Iglesia y Estado, la iglesia no fue la única afectada. Con esta separación también se dividió lo público y lo privado, así como también la ley y la moral.

En cuanto a la separación de lo público y lo privado podemos decir que al separarse la Iglesia y el Estado y surgir la libertad de culto, la religión pasó a formar parte de la vida privada. Y si a esto le sumamos que la ley y la moral también se separan, pues tenemos como resultado una sociedad donde públicamente hay que cumplir la ley del Estado y privadamente hay que hacer el bien. Se trata de una sociedad en la que hacer el bien deja de ser una obligación social, y donde la ley se vuelve en ocasiones inmoral.

El origen de la religión, como lo dice la palabra misma, es religar a sus miembros pero no con Dios, sino entre ellos. Pero a los hombres no les gusta ser gobernados por sus iguales. Por ello el Estado buscará ante todo adjudicarse una superioridad moral.

Religiosamente se esperaba a un mesías que viniera a salvarnos. Curiosamente, en la política sucedió lo mismo, se esperaba a un caudillo que venga a resolver toda la corrupción en la que nos encontramos. Pero la superioridad moral con la que busca legitimarse el gobierno es la que entra en crisis con la religión. Lo hizo el Partido Acción Nacional en los 90s, se adjudicaban una superioridad moral y en la actualidad ya no tienen cara para sostenerla. Comienza la crisis de incredibilidad en las instituciones, no poseen la moral que yo individuo presumo tener.

Por otra parte, si la religión pasó a formar parte de la vida privada, donde individualmente hay que hacer el bien y deja de ser una obligación social, entonces la crisis religiosa golpea también al estado, pues crece hasta tratarse de una crisis de solidaridad pública, la falta de voto, crisis para las instituciones. Es una crisis en la que las instituciones tienen poca credibilidad y crea poca solidaridad mínima, la que necesitamos para seguir nacional y socialmente.

Conclusión.
Entonces, como vemos, no es sólo una crisis religiosa, también ya hay una crisis que involucra a las instituciones publicas. Pero ¿cómo vamos a sustentar la existencia de una institución pública? Hemos pretendido poder darle autonomía al estado sin religión y a la ley sin moral.

Por otra parte la Iglesia se ha asumido como a-histórica, emancipada, y eso fomenta la crisis en nuestras sociedades, ¿Cómo lograremos capacitarla para que pueda seguir la evolución de la sociedad y de la ciencia?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

CLARO QUE HAY CRISIS RELIGIOSA Y POLITICA, Y SI, LO QUE PENSABAMOS ANTES DE LA POLITICA AHORA LO VEMOS DIFERENTE, Y LO MISMO A NIVEL RELIGIOSO, HAY SOLUCION? SI, NI EL MESIAS POR SI MISMO ME SALVARA SI YO NO HAGO NADA, NI UN MESIAS POLITICO TAMPOCO, ESTA EN UNO MISMO, EN MI ENTORNO, NO DEBO ESPERAR QUE OTROS HAGAN ESTO O AQUELLO, " eL GOBIERNO NO HACE NADA " "LA IGLESIA NO HACE NADA "
NO ES ASI, NOS FALTA COMPROMISO INDIVIDUAL.Y LO EXPLICO TOMANDO FRASE DE SAN AGUSTIN " AQJUEL QUE TE CREO DIN TI..... NO TE SALVARA SIN TI "
LAURA ESTER

Rodolfo Plata dijo...

Ante la actual crisis generalizada, la doctrina y la teoría de la trascendencia humana, nos enseña a trascender el dolor, el sufrimiento, las limitaciones de los sentidos y la mente, activando los procesos menta concientes. Solo el conociendo interior puede curar nuestras heridas profundas y las crisis de fe, sin embargo esto solo es posible con una práctica remota de la disciplina mística. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD